lunes, 6 de abril de 2009

NECESIDADES ESPECIALES DE LA EDUCACION

La diversidad de situaciones por la que atraviesa la humanidad obliga a reconocer diferencias sociales, culturales e individuales. Muchas personas forman parte de grupos minoritarios, con características específicas y necesidades especiales. Estas situaciones son multicausales. Reconoce la más variada etiología.

Los nuevos postulados, en educación, pasan por el reconocimiento de la diversidad y con ello reconocer que nuestra sociedad es heterogénea tanto en el ámbito cultural como en el hecho que existen niños con Necesidades Educativas Especiales diversas que merecen un lugar digno dentro de ella.

La cultura de la diversidad constituye una magnífica oportunidad de mejorar la calidad educativa de todos y cada uno de nuestros alumnos, a través de su inserción en nuestras aulas comunes, ya sea por un proyecto de integración o de matrícula espontánea, planteando así, a los colegios la necesidad de ir abandonando modelos individuales y competitivos, para dar lugar a una nueva forma de organización en los centros educativos.

Precisando la diversidad en educación de todas aquellas personas que difieren en cuanto a capacidades, estilos de aprendizaje, motivaciones, ritmos, valores culturales, etc., por tanto, la escuela es el lugar en el que este reconocimiento y su consecuencia en el modo de intervención es determinante respecto al compromiso de ofrecer equidad e igualdad de oportunidades y, en el mejoramiento de la calidad de la educación.


Nuestro país, luego de un fuerte cuestionamiento de la educación por los años 80 - 90, decidió buscar su renovación, eligiendo el camino de crecimiento en equidad, de respeto mutuo y derechos humano. Se consolida ésta con la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE N° 18.962/1990), su posterior ley de Integración social de las personas con discapacidad N° 19.284/1994 y su reglamentación del capítulo II, Título IV/2000, que establece normas para la integración social de personas con discapacidad; en el 2004 se conforma una comisión de estudio “Nueva perspectiva y visión de la educación especial” sus debates se dieron desde una visión actualizada de los avances en torno a derechos humanos, atención a la diversidad y al movimiento de la educación inclusiva. Se abre a sí una puerta para aquellos niños que en algún momento de nuestra historia educativa estaban en la frontera de los centros educativos. Nuestra Corporación educacional desde su Marco Doctrinal del Proyecto Educativo, hace eco a estas nuevas demandas del mundo actual a través de las siguientes expresiones: “Imparte una educación de calidad para formar personas integras y en pleno desarrollo de sus capacidades, de modo que se integren reflexiva y constructivamente en nuestra sociedad y cultura” (Misión, 2006); “Jesucristo nos revela un Dios que nos ama con ternura, que se hace cercano a cada uno; que busca a todos y a cada uno de sus hijos e hijas, sin jamás abandonar a ninguno” (D. de Principios, Visión de Dios, letra a, 2006); “Todos somos hermanos, connota, la necesidad de amar a todos, por cuanto quien ama se construye a sí mismo en su condición de hermanos.


De aquí la invitación de Jesús a proyectar nuestro amor más allá de las fronteras de nuestro ámbito cercano: a amar a los que son diversos” (D. P. Visión de la persona, letra b, 2006); “Propiciamos una sociedad construida sobre la base de la justicia y la solidaridad, como la única capaz de establecer condiciones de vida dignas de ser personas humanas. Consideramos el sistema democrático como el que ofrece mejores condiciones para una participación ciudadana, respetuosa de la dignidad y la libertad de las personas” (D.P. Visión del mundo, letra b, 2006); “Asumimos que el alumno es el sujeto de su propio aprendizaje. Tal opción no lleva a realizar una investigación permanente de sus necesidades y aspiraciones, de su entorno vital y su mundo cultural y de este modo construir con él un proceso que le resulte significativo para su experiencia y funcional a su realidad (D.P. Visión de la Educación, letra c, 2006); “Se estructura de modo de acoger y acompañar a todos nuestros alumnos y alumnas teniendo en cuenta su diversidad.


Diversidad que se expresa en dificultades y experiencias de vida distintas, ritmos propios, opciones, intereses, valoraciones diversas y modos de ser diferentes (C. Pedagógico, F Filosófica, letra f, 2006); “En nuestras estrategias de aprendizajes tomamos en cuenta las diferencias individuales, acogiendo la diversidad (C.P. F. Psicológica, letra d, 2006); “La escuela es una institución que aprende. Como tal, aprovechamos todas las instancias de retroalimentación de que disponemos, para revisar críticamente nuestros objetivos y procedimientos, de modo de renovarlos y adecuarlos constantemente a las necesidades cambiantes de nuestros alumnos y de la cultura en que estamos insertos (C.P. F. Pedagógica, letra g. 2006);


“Somos concientes de que no podemos educar si no amamos a nuestros alumnos. Nos esforzamos por ser acogedores, por conocer y comprender su situación”, “Guiados por este sentido de compasión prestamos atención y apoyo preferencial a aquellos alumnos más vulnerables y con mayores dificultades” (P. de Jesús, letra a, f, 2006). Como se puede apreciar la riqueza de nuestro Marco Doctrinal, nos pone el desafío de asumir la diversidad, es decir, promoviendo procesos pedagógicos eficientes de aprendizaje en el aula, sustentada ésta en una norma de equidad de resultados para todos los alumnos; habrá que concentrarse entonces, en definir qué prácticas pedagógicas favorecen la igualdad de acceso al currículo y cuales las obstaculizan.


Las escuelas y colegios, cada vez más, deben verse a sí mismo desde los contextos en los cuales sirven, su cultura, la sociedad y a los cambios que se producen tanto a nivel local como global. Muchas veces la formación que brindan se descontextualiza frente a la creciente complejidad de las demandas socio-culturales. Por ello las políticas reformistas en educación tienden a cubrir las necesidades contingentes de nuestra sociedad.Hoy se vislumbra un entorpecimiento clave en los principales agentes de la educación, los educadores, que no pasa por una mala voluntad de éstos para que dicha atención educativa sea de calidad y equitativa y acorde a las necesidades del estudiante, traspasando así las propuestas gubernamentales y legales y a su vez pueda descender a la cotidianeidad de los colegios y de sus aulas. Lo que se requiere entonces, es reconocer que la concepción de la enseñanza y del aprendizaje ha sufrido transformaciones importantes que traen consecuencias sobre la forma de entender qué y cómo los alumnos aprenden, y por consiguiente, qué y cómo se debe enseñar; lo que significa promover cambios profundos en todas las dimensiones del quehacer pedagógico, principalmente en la formación de los docentes y en como éstos plantean el desarrollo de su labor profesional en el centro educativo para dar respuestas a las diversas tareas, puesto que para favorecer la diversidad y propiciar aprendizajes efectivos se deben considerar las distintas historias, trayectorias, situaciones, capacidades y expectativas que tienen los estudiantes.


En este contexto el rol del maestro contempla una nueva concepción en el desarrollo de su profesión.Por esto, la innovación educativa que ha supuesto el proceso de atención a la diversidad, en nuestro país, requiere para su conveniente desarrollo, de una formación inicial y de servicio en los profesionales de la educación; que éstos sepan y puedan hacer frente al desconcierto que genera dicho proceso de integración. Los docentes de aula tienen que afrontar lo que supone el hecho de trabajar con alumnos que presentan Necesidades Educativas Especiales (N.E.E.), y para ello es imprescindible una formación profesional permanente, que involucre cursos sobre: dificultades de aprendizaje, discapacidades, problemas emocionales y conductuales etc., especializando así, aún más su quehacer pedagógico.


En base a las reflexiones previas, de mis experiencias como profesor de aula y a través de la coordinación de la educación especial en algunos centros comunes, además de escuchar todas aquellas quejas, que vienen de una preocupación profesional de los maestros, es que me inquieta la posición de éste en el aula, frente al manejo de aquellas demandas que provienen de alumnos con n.e.e.
Algunos puntos que son una preocupación recurrente en los maestros hoy:
La programación de aula y atención a la diversidad.
Adaptación curricular de aula en atención de niños (as) con n.e.e.
Planificación de estrategias diversificadas de aula.
La evaluación diferenciada.
Congruencia de Metodologías con estilos de aprendizajes.
Las capacidades individuales y su potencialización etc.



Si bien es cierto, en algunos casos, determinadas necesidades individuales no pueden ser resueltas en el colegio y/o escuelas, por lo que es preciso poner en marcha una serie de ayudas (redes), recursos y medidas pedagógicas especiales o de carácter extraordinario, lo que indica que los centros educativos, por tanto, no pueden hacer mucho por estar fuera de su alcance y/o “responsabilidad”…, pero ¿de verdad que no se puede hacer nada?…¿qué pasa entonces con aquellos niños que presentan Déficit Atencional, conductas disruptivas, problemas sociales, limítrofes, por decir lo menos?... Quiero creer que nuestra educación va más allá de traspasar conocimiento, que los profesionales de la educación somos capaces de responder de forma integral a las necesidades de nuestros educandos;… ¿qué nos falta entonces, a los educadores, para dar respuesta a algunos niños (as) y jóvenes, con diferencias individuales, que esperan de la enseñanza una oportunidad para ser parte de la sociedad instruida?Es necesario, entonces, que nuestros colegios se hagan las siguientes preguntas para contextualizar la realidad de los docentes en sus aulas, e ir en su ayuda, en pos de mejorar la calidad de los aprendizajes en todos los alumnos, sin exclusión, o sea, educar en la diversidad.
¿Por qué muchos docentes no desean atender alumnos con discapacidad, problemas de aprendizaje, conductuales, emocionales etc. en sus aulas? ¿Qué necesita un docente de aula común para sentirse competente guiando el proceso de enseñanza-aprendizaje de alumnos con discapacidades, problemas Específicos de Aprendizaje, otros? ¿Percibe el docente un equilibrio entre lo que recibió como formación profesional inicial y lo que necesita en el ejercicio de su rol, en relación a las diversas necesidades que se presentan el aula? ¿Basta la formación profesional inicial recibida por el docente o hay necesidad de capacitación permanente frente a nuevas metodologías, procedimientos, estrategias, técnicas etc. para enfrentarse a la educación en la diversidad? ¿El profesor Pre-básico, Básico y Media conoce, en forma general, las características básicas de discapacidades, problemas específicos de aprendizaje, conductuales, otros, más comunes que pueden en algún momento participar en sus aulas? ¿Qué entienden hoy los educadores por apoyo pedagógico, atención a problemas específicos de aprendizaje, integración escolar, necesidades educativas especiales, educación para todos, discapacidad, educación inclusiva?



¿Qué oportunidades tienen los profesores comunes de trabajar directamente con los docentes de educación especial u otros especialistas con el fin de mejorar su trabajo, en relación con los desafíos que demanda la atención de niños y niñas con n.e.e? Enseñar hoy requiere reflexión, creatividad, actitud de búsqueda permanente, ser una figura mediadora en los procesos aprendizaje – enseñanza, perdiéndose la exclusividad del instructor de contenidos conceptuales; aspira a una formación global y personalizada de todos los alumnos, lo que hace coherente con el planteamiento de atención a la diversidad; un profesor, una escuela abierta a la diversidad es un hombre, una institución comprometida con la atención de las necesidades de la sociedad actual, por tanto, debiéramos tratar de definir y caracterizar un sistema de apoyos que facilite el pleno aprendizaje y participación de la población con necesidades educativas especiales y el desarrollo de escuelas más inclusivas.


Mg. Orlando Salinas López